martes, 17 de julio de 2018

Diferenciar las funciones del lenguaje mediante ejemplos y analizar la estructura del signo lingüístico


“EL CÓDIGO Y EL SIGNO LINGÜÍSTICO”
Objetivo: diferenciar las funciones del lenguaje mediante ejemplos y analizar la estructura del signo lingüístico.

     El código lingüístico está formado por elementos que se combinan de maneras determinadas basadas en unas determinadas reglas (según la lengua que sea) y gracias a esas reglas, que son las que nos dicen cómo combinar esos elementos se crean mensajes que al construirlos y al ser codificados pueden ser entendidos por otra persona, un interlocutor, que puede ser emisor unas veces y receptor, otras. Claro, este es un proceso creativo en ambas direcciones.

     Las funciones del lenguaje fueron enunciadas por Jakobson y quien determinó que eran seis, son las siguientes:

1.      Representativa, referencial o significativa. Es la propia de los enunciados que dicen algo de un referente, sea éste real o imaginario. Esta función se centra en el referente.

Ejemplo 1: Los gatos tienen uñas retráctiles.
Ejemplo 2: Los Reyes Magos llegan el día seis de enero.

2.      Expresiva o emotiva: es la que nos permite expresar emociones como duda, deseo, sorpresa, miedo, gozo, alegría, etc. Esta función expresa deseos, estados de ánimos u opiniones. Se centra en el emisor y en la subjetividad propia de éste. Esta función se centra en el emisor.

Ejemplo 1: ¡Me encantan los días de lluvia, piden que te quedes en casa!
Ejemplo 2: ¿Qué será que ha pasado…? no llega todavía de la fiesta, ya me estoy asustado.

3.      Apelativa, llamativa o conativa: con esta función podemos solicitar que nos hagan un favor, llamar a alguien y que nos haga caso. En realidad, con esta función realizamos los actos del habla ilocutivos, y la respuesta de nuestro interlocutor o interlocutores será el acto perlocutivo.

Ejemplo 1: Pedro, por favor, tráeme un vaso de agua.
Ejemplo 2: A ver, un momento, por favor, si son tan gentiles, guarden silencio.

4.      Función poética o estética: En esta función predomina la forma del lenguaje, por eso es propia de la poesía, del arte.

Ejemplo 1: Y aquella pequeña loma
                    donde se esconde mi alma
                     ya no la encuentro.
                      Ya desapareció…detrás de ti.

Ejemplo 2: Me gusta cuando amas, cuando dueles,
                   cuando te adoro eres mi almíbar, ese dulce que
                   cuando se muere se torna amargo.

5.      Fática o de contacto: es la función que cumple su objetivo cuando necesitamos saber si se mantiene la comunicación. Es muy común utilizarla cuando hablamos por teléfono o cuando queremos llamar la atención sobre la persona con la que nos estamos comunicando. Sirve para mantener una conversación fluida. El no usarla haría que la conversación se llenara de ruido (lingüístico). Se centra en el mensaje y en el canal.

Ejemplo 1: ¡Ehhh!, ¿estás ahí?
Ejemplo 2: ¿No me digas…es en serio lo que me cuentas?

6.      Metalingüística: es la propia del propio signo lingüístico. La utilizamos cuando nos estamos refiriendo a la morfología, a la semántica, a la sintaxis, a la ortografía, etc. Se centra en el código.

Ejemplo 1: La semántica estudia el significado de los signos lingüísticos.
Ejemplo 2: El análisis morfológico nos enseña a reconocer la derivación de las palabras.

Hay que tener en cuenta que las funciones del lenguaje no se dan completamente aisladas en los actos del habla. Siempre se dan de forma combinada.


     En cuanto a la estructura del signo lingüístico debemos destacar que el primero que enunció que el signo tenía una doble estructura fue De Saussure quien dijo que el signo estaba compuesto por significado y significante (o imagen acústica), el primero corresponde al concepto, a la idea y el segundo a la forma material, ya sea las letras o los fonemas. Así pues, la palabra “mano” está formada por dos caras de una misma moneda, es decir, el significado de mano es el concepto ideal que pensamos, que imaginamos o que recordamos en nuestra mente cuando leemos la palabra, la escribimos o la oímos. Pero el significante es la forma material, es decir, el sonido o la unión de vocales y letras que forman, finalmente, la palabra mano.

     Posteriormente a la doble cara del signo se le da otro componente, que lo convierte en un signo triádico, el que lo postula es Charles Pierce, que forma parte ya de la lingüística postsaussureana.

     Por otra parte, el signo lingüístico está compuesto por la llamada doble articulación, es decir, la primera articulación la componen los monemas o unidades mínimas con significado propio, o sea signos. Y la segunda articulación es de la que resultan los lexemas o raíces, los morfemas y los fonemas, ya sin significado. Como ejemplos de esta doble articulación podemos decir lo siguiente:

     La palabra “zapato” está formada por un significado que es la imagen mental, el concepto o la idea. Y también por el significante que es la forma material o la imagen acústica, como lo nombró De Saussure. También la misma palabra, “zapato”, podemos analizarla en su doble articulación, por lo tanto, zapato es el monema en su primera articulación y en su segunda articulación se divide en zapat- que es el lexema y -o que el morfema. También resulta una sucesión de fonemas, así sería zapato: /z/a/p/a/t/o/.


Bibliografía

Aguirre, F. (2012). Fonética y fonología. Texto-guía para la formación de maestros mediadores de Lengua y Literatura españolas. Loja, Ecuador: Editorial Universitaria/UTPL.

Moreno Cabrera, J C. (2013). Cuestiones clave de la Lingüística. España: Editorial Síntesis.

Niño Rojas, V.M. (2013). Semiótica y lingüística. Fundamentos. Sexta Edición. Bogotá: Ecoe Ediciones.


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