martes, 17 de julio de 2018

"Malos recuerdos"... una maravilla de creación


"Malos recuerdos"del escritor José de la Cuadra : tiempo, tipo de narrador, los acontecimientos, sujeto y objeto.

El tiempo de este relato “pega saltos”. Este relato comienza en el presente del protagonista y del narrador, que son el mismo personaje; desde este presente que lo vemos en “Cuando vengo, cuando voy, (…)” hay analepsis o retrospección en varias partes del relato:
Cuando recuerda la guerra con Perú, momento en el que se da un salto al pasado cronológico en la narración:
“[…] Hace no sé cuántos años. En la época de la guerra con el Perú, […]”
La segunda retrospección se da cuando recuerda la agonía de la madre del pulpero y ocurre de nuevo en la narración presente, es decir, se narra un hecho cronológicamente anterior:
“[…] Fue un par de lustros ha. Se marchó a Taura, donde agonizaba su madre. […]”.
Desde este momento del relato se produce una pausa en la trama puesto que introduce una impresión personal que no altera en nada la narración temporal:
 “[…] Ah, el pulpero... (…) cuyo vigésimo aniversario se cumple mañana. […].
De nuevo nos encontramos con otra retrospección cuando cuenta la muerte de su padre, la causa de la muerte, el lugar donde depositaron su cuerpo y la forma en que se dio. Además, este tratamiento de la narración es un resumen ya que se narra en un tiempo menor al de la realidad:
“[…] Murió tuberculoso en el «Calixto Romero». Estrenó un pabellón recién construido; (…). Habían depositado el cadáver en una tarima de madera. Estaba descalzo (…). Lo echaron a la zanja común […].”.
Se vuelve a dar una analepsis en la narración de la trama de este relato cuando cuenta la vuelta a la oficina tras la muerte de su padre, es un hecho de una anterioridad indefinida a la narración del presente del protagonista. Ésta se da desde:
“[…] Cuando fui a la oficina […]” y hasta “[…] Sólo tres o cuatro años después volví a ganar lo que antes. […]”.
Es entonces cuando se produce una nueva pausa ya que el protagonista verbaliza una pequeña reflexión sobre lo que él cree que será su futuro y una pausa más cuando reflexiona sobre la ausencia de madre y los motivos por los que le bajaron el sueldo:
“[…] Sigo, en efecto, las huellas de mi padre. […]”.
Y:
“[…] Si yo hubiera tenido madre que mantener, acaso no me habrían rebajado el sueldo miserable. Es casi seguro. Pero, no la tenía. Quién sabe si no la he tenido nunca. […]”.
Y en:
“[…] Si hubiera tenido madre que mantener, (…) […]”.
Entonces cuando recuerda que su padre nunca le había hablado de su madre se produce un nuevo salto al pasado, una analepsis puesto que nos cuenta un acontecimiento anterior a la muerte de su padre que es el episodio en el que nuestro protagonista-narrador le pregunta a aquel por su madre y un acontecimiento vinculado con éste, esto es, el día en el que el protagonista se entera de que es hijo de una tuerta. Desde este momento del relato y hasta el final de éste se da otra nueva pausa en la que el narrador reflexiona sobre su padre y su triste vida. Este artificio va desde:
“[…] Mi padre no me habló nunca de mi madre. […] y hasta “[…] (…) y que yo podía resultar nada menos que el fruto de tales relaciones. […]”.
Para terminar el relato usa dos pausas más: reflexiona sobre el aspecto de su padre y de cómo es posible que hubiera alguna mujer que se fijara en él y, también piensa en el porqué de llamar su padre “chivas” a las mujeres, lo vemos en los siguientes fragmentos:
“[…] Quien conoció a mi padre no creerá jamás que una señora se haya enamorado de él, ni loca que estuviera. […]”.
Y:
“[…] Se me ha ocurrido que mi padre llamaba “chivas” a esas tristes infelices (…) […]”.
Por otra parte, nos topamos con escenas en los diálogos y en los monólogos. Lo vemos en:
“[…] – Buenos días, don Facundo.
– Buenas tardes, don Rosillo. […]”.
“[…] – Si no quieres que te patee, métete el dedo (…).
– ¿Este es el hijo que le clavaste a la tuerta? […]”
O en:
“[…] Yo lo extrañé. Y me alegré de veras cuando, (…) […]”.

Encontramos otra forma de malear el tiempo: la prolepsis.en:
“[…] Sigo, en efecto, las huellas de mi padre. Tuberculoso como él acabaré, sin duda, en el <<Calixto Romero>>, […]”.

En cualquier caso, durante todo este relato nos encontramos con el uso del resumen, de la escena, de la elipsis y de la pausa en bastantes ocasiones, de hecho, en algunos casos se dan a la vez varios de estos artificios. Como por ejemplo, tenemos el resumen pero a la vez nos topamos con la elipsis en:
“[…] Se marchó a Taura, (…) […]”.

El narrador es Yo-protagonista, esto se percibe en todo el relato, pues en éste el narrador habla en primera persona. Lo comprobamos en:
“[…]Cuando vengo, cuando voy, cada vez me saluda el pulpero de ahí fuera. No parece sino que ese hombre estuviera en la vida para saludarme a mí. […]”.
o en:
“[…] No estoy del todo convencido que así las llamaba... Pero me parece recordar... […]”.

Los acontecimientos son hechos que cuenta el narrador, la mayoría de ellos son los recuerdos que cuenta. En este apartado voy a enumerarlos en el orden en el que aparecen en el relato, aunque en éste hay salto en el tiempo.
Encontramos un primer acontecimiento: en el que cuenta cómo le saluda el pulpero a todas horas:
“[…] Cuando vengo, cuando voy, cada vez me saluda el pulpero de ahí fuera. […]”.
El segundo acontecimiento que se narra es cuando murió la madre del pulpero y éste se fue al entierro y volvió a Guayaquil donde trabajaba:
“[…] Fue un par de lustros ha. Se marchó a Taura, donde agonizaba su madre. Volvió vestido de luto detonante de tan luto que era. […]”.
El tercer acontecimiento que cuenta es un día que va al trabajo nuestro protagonista, don Rosillo, y se encuentra con que el pulpero se reincorporó a su trabajo tras el fallecimiento de la madre; esto lo podemos comprobar en la siguiente cita:
“[…]  Yo lo extrañé. Y me alegré de veras cuando, al ir una mañana a mi trabajo, vi de nuevo abierta su tenducha y escuché su eterno saludo: […]”.
El cuarto acontecimiento es la forma en la que vive las noches, ya que no duerme por pasar desvelado:
“[…] Mato así las horas nocturnas que me quedan libres, cuando me las rechaza el sueño. Peor ahora que... estoy padeciendo de insomnios. […]”.
El quinto acontecimiento se da en la narración de su recuerdo en el que cuenta cuándo y cómo murió su padre y dónde depositaron el cuerpo:
“[…] Por haber recordado la muerte de la madre del pulpero he recordado la muerte de mi propio padre, cuyo vigésimo aniversario se cumple mañana. […]”.
y en:
“[…] he recordado la muerte de mi propio padre, (…). Murió tuberculoso (…). Estrenó un pabellón recién construido; y por ello su fallecimiento causó algún revuelo entre los barchilones y los asilados. […]”. “[…] Habían depositado el cadáver en una tarima de madera. […]”.
El sexto acontecimiento es el que se produce cuando el protagonista vuelve al trabajo después de la defunción de su padre y habla con el jefe, quien le da el pésame:
“[…] Cuando fui a la oficina (…) el jefe me estrechó la mano por la primera vez. […]”.
Y:
 “[…] —Le doy el pésame, Rosillo –me dijo– y me lo doy a mí mismo. […]”.
 El séptimo acontecimiento es el que ocurre cuando cobra el sueldo de la semana y se da cuenta de que le han menguado el sueldo:
“[…] cuando cobré mi semana, supe que me habían rebajado el sueldo. […].  
El octavo acontecimiento es el que se da cuando el protagonista pregunta a su padre (cuando estaba vivo) quién fue su madre y se este hecho deriva otro como la conversación entre uno de los amigos del padre y éste en una noche de borrachera:
“[…] Cuando le pregunté, me contestó invariablemente: […]”.
Y:
“[…] Cierta ocasión mi padre llegó borracho con un amigo. […]”.

El sujeto es el protagonista-narrador. Él es el que cuenta su propia historia. Es el que tiene esos recuerdos tan feos, es el que tiene una vida anodina y carente de toda emoción. Es el que sólo tuvo padre porque madre no tuvo nunca. Es un antihéroe. Podemos “leer” este sujeto en:
“[…] Es conveniente que haga estas apuntaciones que suelo escribir (…) […]”.

El objeto es olvidar sus tristes recuerdos o por lo menos no volver a hacerlo de manera intencional. Quizá el objeto sea también encontrar un trabajo menos feo que el que tiene:
“[…] Y, reflexionándolo mejor, no creo que me convenga a mí, en mis circunstancias, seguir estas apuntaciones. […]”.
Y:
 “[…] ahora soy, por una serie de circunstancias desastrosas, profesor en la escuela nocturna de una sociedad obrera. […]”.


Bibliografía
Jiménez Gaona, Á. D. (2017). Literatura Ecuatoriana II. Texto-guía (Segunda ed.). Loja, Ecuador: Universidad Técnica Particular de Loja.
Salvador Lara, J. (2010). Breve historia contemporánea del Ecuador. México: Ediciones Fondo Económico de Cultura Económica Ltda.

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