martes, 17 de julio de 2018

La ambición...


La ambición en Rojo y Negro de Stendhal

      Una de las obras más representativas del siglo XIX es Rojo y Negro de Stendhal. Esta novela encarna el ambiente de la Europa de la primera mitad del S.XIX y de la Europa napoleónica en particular. Describe magistralmente la ambición personal basada en el desprecio a la clase baja y en la vergüenza y repugnancia al propio origen, su padre era el leñador del pueblo y detestaba todo lo intelectual y por ende detestaba a su hijo, al cual lo consideraba débil. Eso mismo le pasaba a Julián Sorel, protagonista de dicha novela. Esta novela bien podría haberse titulado “Ambición” pero quizá su autor la tituló como es por los colores de los uniformes (el del ejército y el del clero, respectivamente) o quizá por la oposición entre estos dos colores, ambos fuertes, ambos opuestos, el uno eclipsa al otro y el otro al uno, algo parecido a lo que le ocurría permanentemente a nuestro protagonista debido a su atormentada personalidad. 

     Esta obra magistral del Realismo francés del S.XIX es, sin duda, una de las mejores novelas escitas jamás. 
 
     Julián Sorel tenía dos obsesiones: la primera era escalar (casi en el sentido literal) socialmente y la otra era la admiración desproporcionada y obsesiva por Napoleón Bonaparte, una especie de dios y de modelo exitoso, era su modelo en todo, incluso le interpelaba en su cabeza para determinar la actuación correcta, según como actuaría Napoleón (pensaba Sorel) en cada situación. Yo incluiría una obsesión más que es derivada de la primera, el encubrimiento sistemático de sus sentimientos, ya que él identifica el exteriorizar los sentimientos con debilidad, una debilidad que se podría convertir en la piedra en el zapato para conseguir sus sueños y a la vez “jamás lo habría hecho Napoleón”.

     La primera de sus obsesiones, que guía toda su vida y que la hace terminar en tragedia, es su necesidad de ascender socialmente para lo cual se busca los medios para conseguirlo, primero como preceptor interno para los hijos pequeños de una de las familias más adineradas y pudientes y de clase social más alta que había en el pueblo en el que Stendhal ambienta su novela, Verrières. y también como seminarista y dar así el comienzo de su carrera eclesiástica. Después, intentando formar parte como familia política de una de las familias más poderosas de París. Intenta formar parte de la aristocracia parisina. En su intento de llegar a burlar su origen social todo termina en un fracaso rotundo y en la tragedia más absoluta…la muerte. 

     ¿Pero por qué escojo esta obra? Bueno, porque es una novela tremendamente actual, no se pasa de moda y los temas que trata le siguen interesando a la gente de hoy en día. La ambición es un mal tan actual como en la Antigüedad o como en la Edad Contemporánea. No pierde vigencia literaria ni vital.  Lo que le pasaba a nuestro protagonista le pasa actualmente a mucha gente, si bien, ya no se utilizan los mismos medios, ya no se utiliza el convento como medio para llegar a escalar posiciones sociales, sí se mantiene la entrada al ejército como posible propulsor de escalada social. Así como también se utiliza la corrupción política, sobre todo, para los mismos medios.
Stendhal nos detalla la escalada social y la ambición de su protagonista, entre otras muchas y minuciosas descripciones.

     En esta novela el lector puede sumergirse en este universo realista. Es una novela psicológica, una especie de “película de suspense psicológico”. La marabunta psicológica, mental y personal de Sorel es abrumadora y todo esto hace que el protagonista tome malas decisiones que le llevan al fracaso más terrible. El lector cuando lee esta novela se pone nervioso, rabioso o triste, Stendhal logra que el lector empatice con Sorel, y, a presar de no ser el personaje más virtuoso del mundo, sí es real y a pesar de que comete fallos (y algunos terribles, como disparar a su examante), el lector quiere que triunfe. 

     Cuando Sorel empieza a mantener una relación obsesivo-amorosa con la señora Rênal, esposa del Monsieur de Rênal, para quien trabaja como preceptor, él sabe que no es correcto por muchas razones de índole moral, ética y legal, sin embargo, decide pasar por encima de todo porque en el fondo él cree que esa es la posición que él merece, pero que su origen se lo ha negado, algo así como si su gran capacidad en todos los sentidos no se hubiera visto recompensada y él va a jugar en contra de ese destino.

     La descripción minuciosa tanto de lo físico como de lo espiritual y psicológico hace que el lector conozca los anhelos y las preocupaciones del fuero interno de los personajes de esta novela.
Este tipo social era muy habitual, recordemos que Europa hacía poco había inaugurado la Edad Contemporánea con la Revolución Francesa de 1789 y en 1830 se daba comienzo a las tres (Revoluciones) Gloriosas que comienzan en París debido a la restauración del absolutismo, la petición de desechos democráticos y de libertades individuales y colectivas. Estos movimientos antisistema se extienden por toda Europa como un reguero de pólvora. 

     Por otra parte, la burguesía ya era un modelo de éxito social, pero sobre todo económico. Eran los nuevos ricos, personas que tenían, como diría Marx, los medios de producción. Por esta razón, la clase más humilde de la sociedad quiere burlar su destino y escalar posiciones. La burguesía se había convertido en la puerta de atrás para quien quería burlar y engañar a su origen y tener otras oportunidades de vida.

    En fin, esta novela es maravillosa y debería ser de lectura obligatoria en el bachillerato. La gente aprendería mucho leyendo novelas de calidad y este tipo de aprendizaje escasea mucho en la actualidad.

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